Me propongo dedicar
algunas entradas del blog a mi admirado Josep Pla, probablemente el escritor
más significado de la literatura
catalana del siglo XX, cuya obra está traducida enteramente al castellano,
cuando no escrita inicialmente en este idioma. Es conocida la consideración de
que Jorge Luis Borges no es sólo un escritor sino que él mismo es toda una
literatura. Podríamos pensar algo parecido del escritor ampurdanés sin apurar
las coincidencias entre los dos personajes y sus obras que son inexistentes.
Podríamos considerar a Pla “toda una
literatura” no sólo por las treinta mil páginas que conforman los cuarenta y
cinco volúmenes de sus “Obras Completas”,
sino porque Pla permanece y vence al tiempo y porque su vida misma se
hizo literatura, sigue siendo literatura y él cada día vivía en escritor del
amanecer al ocaso.
Desde sus primeros
trabajos en “Las Noticias”, humildes gacetillas, a sus obras más cuajadas
-pienso en “Viaje a Cataluña”, en “Coses vistes”, en “Viaje en autobús”, en “Un
señor de Barcelona” y, cómo no, en “El cuaderno gris”, que además de obra
madura y joven al tiempo es el pespunte de sus días- Pla hace de su vida literatura y de su literatura
vida. Escribe: “Yo he vivido muy poco. He vivido la literatura. La vida es más
complicada que la literatura”.